Fuente: Diario de Jerez
El cinturón de seguridad es, desde hace años, un elemento obligatorio para circular por ciudades y carreteras. A pesar de ello, todavía había personas (lamentablemente muchas) que siguen circulando sin el cinturón puesto. De hecho, según la Dirección General de Tráfico, “el 20% de los fallecidos en turismos y furgonetas en 2019 no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del accidente, es decir, 116 fallecidos”. Al tiempo que recuerdan desde este organismo que “que si hubieran utilizado el cinturón de seguridad, el 50% de estos fallecidos podían haberse salvado».
Con el objetivo de evitar ese tipo de situaciones, tres jerezanos se han puesto manos a la obra y han patentado un cinturón de seguridad inteligente. Uno de los promotores de esta idea, Antonio Berraquero cuenta cómo comenzó esta aventura hace algo más de año y medio: “Soy profesor de los Salesianos y un día me llamó un antiguo alumno mío que tiene un taller y con el que mantengo una relación de amistad”. “Me dijo ‘Antonio, tengo una idea y quiero que me ayudes’ y así empezó todo”, recuerda.
En concreto, el ex alumno de Lora Tamayo, Pedro Peramos, quería solucionar un problema que le había trasladado su hermana: “Los niños se quitan el cinturón cada dos por tres, ¿esto se puede arreglar?”. “Él tuvo una idea de cómo hacerlo, me la comunicó y le dije íbamos a intentarlo”, explica el profesor.
Tras darle muchas vueltas al asunto tanto Berraquero como Peramos llegaron a la conclusión de que para poner en marcha este proyecto “necesitábamos una unidad programable”. Fue entonces cuando ambos pidieron ayuda a otro ex alumno del centro Lora Tamayo, Daniel González. “Había estudiado Robótica en el colegio y es un portento de la robótica. Tras hablar con él, nos pusimos a trabajar”, recuerda el docente, asegurando que “al final conseguimos lo que queríamos”.
Berraquero hacer hincapié en que el uso de cinturón de seguridad es obligatorio antes de iniciar la marcha, “no debes de arrancar el coche si no lo tienes puesto y eso es lo que nos enseñan en las autoescuelas. ¿Qué hicimos nosotros? Conseguir un sistema que si no te pones el cinturón el coche no arranca”.
Fue así como crearon una primera versión del proyecto en la que “no te podías quitar el cinturón hasta que no parases”. Sin embargo, “nuestra preocupación era qué pasaría si me tengo que quitar el cinturón por lo que sea y no puedo”. Por ello, el cinturón inteligente cuenta con un giroscopio que detecta, por ejemplo, si el coche vuelca “para que te lo puedas quitar”. Además, “el sistema es extrapolable a todos los asientos de los ocupantes desde autobuses a aviones o a atracciones de feria, cualquier vehículo donde haya un cinturón de seguridad”.
El cinturón detecta también “si el coche tiene un impacto y saltan los airbag y no puedes parar. Te lo puedes quitar también porque detecta la desaceleración, cuando pierde la tensión eléctrica, por una avería de la batería o si el coche sale ardiendo. Ante cualquier circunstancia que deje el coche sin corriente eléctrica, el sistema se desbloquea”.
A pesar de ello, “nuestra preocupación seguía siendo el encarcelamiento, es decir, si estoy sujeto al cinturón y no me lo puede quitar”. Fue entonces cuando los promotores de la idea decidieron hacer una segunda versión en la que programaron que, pasado un tiempo de estar en marcha, el cinturón podría quitarse tras sonar un aviso acústico. “Pero ya te ha obligado a iniciar la marcha. Ahora mismo lo tenemos en seis minutos y después de seis minutos no te vas a quitar el cinturón. Y si te lo quitas, pitaría”.
Berraquero detalla el sistema detecta el cinturón propio de cada asiento, es decir, nadie se puede poner el cinturón del acompañante ni comprar uno en una chatarrería para ‘engañar’ al sistema, “porque está codificado cada sillón y al detectar que estás sentado tienes que tener tu cinturón”.
Además de todas estas precauciones y por si surge cualquier emergencia, el cinturón cuenta con un botón de emergencia o pánico. “Ese sistema de pulsación también es programable y lo tenemos puesto en cinco veces. Si consumes cuatro, la quinta debe cogerte yendo al servicio técnico para que te resetee la unidad”, explica Antonio Berraquero. Del mismo modo, recuerda que “todos los sistemas automáticos tienen que tener un sistema manual y, en este caso, es con la propia llave del coche, la metemos en un alojamiento y nos deja quitarnos el cinturón”.
El proyecto se patentó a finales de 2018 y desde entonces se está probando en un coche “y funcionando”. Ahora sus promotores están dando a conocer el proyecto porque “el objetivo no es otro que salvar vidas”. “Estamos en proceso de promocionarlo y después queremos ofrecérselo a empresas que tengan capacidad porque nosotros no tenemos capacidad de convertirnos en constructores”, reconoce Berraquero. Además, recuerda que “para que se pueda montar en un vehículo tiene que estar homologado”, un largo y costoso proceso. Por ello, “la idea es que alguien a quien le interese venga y lo monte”.
Daniel González, Antonio Berraquero y Pedro Peramos, en la entrada del Colegio Salesiano Manuel Lora Tamayo
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